Cuando hablamos de estrés pensamos que se dá sólo en el mundo laboral, pero todos podemos ser víctimas del estrés. Si preguntas en tu entorno, las respuestas serán diferentes, algunos dicen agudo, crónico y comentan distintos síntomas.
No hay una definición única, los síntomas varían. El estrés agudo evoca una situación puntual, provoca reacciones fisiológicas, conductuales o psicológicas.
Si es crónico se viene arrastrando en el tiempo y puede ocasionar distintas enfermedades.
Ante una misma situación dos personas no reaccionan igual, uno puede sentir estrés y al otro no le supone ningún problema.
Algunos síntomas:
Psicológicos: Ansiedad, pérdida de confianza en sí mismo, pérdida de concentración.
Físicos: Exceso de sudoración, mareos, palpitaciones e incluso crisis de pánico.
Conducta: Comer compulsivamente para satisfacer la ansiedad, iniciar hábitos como el tabaco, alcohol para eliminar síntomas físicos o sólo algunos.
Podrían presentarse todos o algunos de estos síntomas.
Como no podemos influir en las situaciones externas que escapan a nuestro control, lo mejor es abordarlas con calma, aprender a verlas de forma diferente utilizando el cambio de pensamiento a positivo. Te iré dando algunas ideas en estos días.